El Sur de Nuevo León: Haciendas Abandonadas

Se que esperaban con ansias locas este post sobre las haciendas abandonadas que les prometí la vez pasada. No os preocupeis mas, ha llegado el momento de contarles sobre esta experiencia que en verdad deben vivir.

Por toda nuestra república hay vestigios de ese pasado revolucionario y es interesante visitar esas ruinas e imaginar todo lo que en algún momento representó grandes riquezas, desarrollo tecnológico (de acuerdo a la época) aunado a la pobreza de la mayoría de los mexicanos, la explotación laboral y las injusticias en el trato a las personas. Los cacicazgos aún no desaparecen de nuestro país, hay lugares en donde los grandes latifundios siguen siendo la forma de vida, para bien o para mal, de muchas personas.

La historia puede verse desde muchas perspectivas, y pensar que todo transcurre, que se abren y cierran ciclos, las haciendas abandonas pueden ser un recordatorio de que las épocas buenas (y también las malas) no son para siempre.

En el recorrido por el Sur de Nuevo León, visitamos dos lugares que están escondidos entre los caminos de terracería pero preguntando se llega a todos lados, así que después de perdernos un poquito para llegar a la segunda hacienda logramos encontrarla. La primera se encuentra en el camino a Dr. Arroyo y se llama La Soledad. Antes de llegar al casco de la hacienda está el ejido que lleva al mismo nombre y aún está habitado. El paisaje es muy árido, todo lo que se ve es tierra y vegetación escasa típica de los lugares desérticos, pero es esa austeridad la que hacer reflexionar sobre cómo la gente puede sobrevivir en condiciones geográficas hostiles.

La Parroquia, está en remodelación y de vez en cuando se ofician misas.

La puerta principal

El cielo... es hermosisimo

La Escuela Rural del Estado "Vicente Guerrero"

La otra hacienda se encuentra también el el camino a Dr. Arroyo pero una vez que se ha cruzado el pueblo al otro extremo. De cualquier modo, a la ciudad que ustedes lleguen pregunten si hay en algún lugar cercano alguna hacienda y verán que habrá muchas opciones. De esta hacienda no tengo el nombre (ya se, soy pésima reportera, pero ah! como me divierto) pero hay que andar un poco de terracería y después subir a pie otro camino no muy largo. Lo asombroso, por lo menos para mi, de este lugar, es que la gente sigue habitando lo que fueron los cuartos de máquinas, las bodegas, incluso los silos. Es de suponerse que las tierras fueron expropiadas y repartidas y a falta de recursos para construir los habitantes utilizaron las construcciones existentes.

El camino para llegar

Las ruinas en medio de la nada

Unos dicen que era iglesia, otros que era la fachada principal... no sabemos

Desde lejos...

Espero que les haya gustado el recorrido. Busquen alguna hacienda cercana y no dejen pasar la oportunidad de conocer más sobre nuestra historia y sobre esos rincones escondidos y abandonados de nuestro país.

Yei!! Nos vemos pronto...